Durante tres meses, Jack Morgan estuvo intentando ganarse el amor y la confianza de su hija pequeña, a la que no había visto desde que era un bebé. El único problema era que Maddy parecía mucho más interesada en el cariño que ofrecía Jessica, el pastor escocés campeón de Jack. Y Jessica en un pequeño schnauzer llamado Harry...
Afortunadamente, para la dueña de Harry, Bryony Lester, Jack y Maddy eran los principales candidatos para recibir su afecto sin límites. ¿Y cómo podía resistirse Jack a la única mujer que lograba hacer reír a Maddy?
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