Tras el fallecimiento de Angus McLean, la persona más parecida a un padre que el multimillonario Callan McGregor tuvo, este tuvo que encargarse de organizar el proceso para heredar el castillo. Y la candidata más adecuada parecía ser la atractiva abogada Laurie Jenkins.
A pesar de que Laurie le aceleraba los latidos del corazón, Callan no podía ignorar que se trataba de un negocio y no podía permitirse distracciones. Pero la animada Laurie cambió la vida en el castillo y la suya propia. Y, por fin, Callan decidió que no iba a permitir que el castillo se le escapara de las manos… y Laurie tampoco.
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