No podía decirse que hubiera tenido nunca el don de la oportunidad…
Y el hecho de que Bowie Bravo entrara por la puerta, al cabo de casi siete años, justo cuando Glory Rossi estaba poniéndose de parto del bebé de otro hombre, sin duda, lo demostraba. Porque la última vez que ella había visto a Bowie fue en el parto del hijo que tenía con él, un pequeño que nunca había conocido a su verdadero padre. Pero por lo que respectaba a Bowie, eso iba a cambiar. Bowie ahora era un respetable hombre de negocios y estaba más que preparado para ser padre; padre de los dos hijos de Glory. Además, estaba preparado para ser el esposo de la mujer sin la que no podía vivir…
Publicar un comentario